Cuan rotos estamos, estoy, dejando que me rompan un poquito más a cambio de un poco de amor.
Cuántas rosas secas quemadas en una llama eterna de desamor
Cuánta belleza había en su boca, cuánta belleza en su sonrisa, cuanto daño causó.
Huyó del sueño, porque fue uno que él nunca soñó...
Cuánta belleza aún queda en el dolor.
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