domingo, 29 de septiembre de 2013

Dos tiempos de una historia.

Se encaminó con pasos tardíos y
apresurados a la estación,
abordó el autobús camino a un sueño.
Dentro, azules y cremas la rodeaban,
la comodidad del aire y las largas ventanas,
afuera, lo gris y sucio de aquella estación,
parecía que el tiempo se hubiese detenido...
Se vio a sí misma abordando otro autobús distinto,
unos años atrás, con el corazón ardiendo en calor y en color..
él estaba ahí, sentado a su lado, sonriendo con aquella infame
risa que le robaba hasta el último aliento, ésta de hoy le sonrió a
su propio rostro sobre el cristal, esa expresión de niña enamorada
incluso a sí misma la enternecía cuando de casualidad la encontraba.
Se acomodó en el recuerdo, reclinando su cabeza hacía la derecha.
El perfil de su rostro, lo tenía tan recorrido,
la dimensión de su frente, la paz de su mirada, y cuando volteaba,
el temor de sostenerla, era una sensación de emoción y temor,
en el fondo rogaba porque lo adivinara...el recorrido por su nariz,
su boca, más que su boca, sus labios, la inocente y clara
sonrisa que fácilmente él le regalaba, si cerraba los ojos
podía verlo hablando, caminando, invitándola a otro sueño.
El recorrido lento por la carretera, los lugares conocidos ahora distintos,
los viajeros y su sueño envuelto entre pequeñas almohadas de viaje y
cobijas, muy temprano para función de películas.
Al otro lado, él trata de ser amable, la diferencia de tiempos
entre ellos le parece insuperable, pequeña frustración
disfrazada de indiferencia y enojo.
Primera parada...
La de antes llegó a su destino, camina a su lado
obligándose a no verlo...malditos intentos fallidos.
Se encaminó hacia el lugar del transbordo,
los compañeros de viaje miran a la nada, cansados,
como deprimidos, se adivinan viajes de necesidad
o recorridos que son rutina en sus caras.
No hay sonrisas en el lugar, en realidad su mente
no las necesita, basta una chispa para que se enciendan
fuegos de feria, en su cabeza.
Allá, él continúa su caminar con ella,
trata de establecer una conversación
y las respuestas mentales son siempre, maldito
tiempo y maldito destino, volumen a la música
silencio a su voz, más nunca a su boca...
quería gritarle, ¿qué no te das cuenta?,
¿acaso vives dormido? demasiado bueno
para ser mío.
Su boca y luego el suelo, su boca y el cielo,
su boca y el lugar, su boca y el río, la cascada
que era ese día su destino, su boca y el sol
sobre su pelo, su boca...que hablaba,
y si besaba su boca?....no, mejor no hacer nada,
distracción, pasaré a la siguiente
canción en el reproductor.
Inicia el recorrido, asientos incómodos,
nada como el azul y crema del inicio.
El paisaje se torna muy verde y comienzan
aromas de campo a inundar el ambiente,
ventanas rotas, cortinas viejas, las rodillas topan
dolorosamente con el asiento de enfrente,
seré tan alta o será muy estrecho?, ante sus ojos
se presenta la obra de arte que se ha dibujado
en el cielo, nubes gordas, parecieran pedacitos
de algodón perfectamente ubicadas en el cielo,
y así se olvidó del ruido y de lo tardado de
este recorrido, el ambiente mismo esta
vestido de ensueño, le dice bajito
envuélvete y regresa a dormir...
Y él pasa en día en vano intentando arrancar
su mal humor y lograr esa sonrisa, solo sale
una mueca difícil, sí entendiera todo aquello
que su corazón desea decirle...
Esa edad es su escudo al aparente mal humor,
llega la hora de volver, algo le aprieta por dentro
el corazón se detiene al abordar juntos de nuevo.
Ahora él es ahora un poco más indiferente,
supone se cansó de jugar a comprenderle,
ve hacia el frente, su mirada se pierde un poco
en la nada, supone pensara en los pendientes
que tiene en casa, o estará cansado, teme que
se haya molestado....
El recorrido cumple con los caminos señalados,
va buscando con la mirada todo aquello
de lo que se le ha hablado, una voz en el teléfono
interrumpe sus nubes y sus ojos diciendo
ya te estas acercando...
Se detiene el recorrido, sus pasos se adelantan
y le ofrecen su mano, una breve despedida,
ojos que lo siguen mientras va andando, adivina
el camino que seguirá pues ya lo ha caminado,
se pierde de sus ojos y le llueve la mirada.
La música le tiene cansada, ahora entiende
que nunca podrá decirle nada.
Punto exacto del camino, desciende,
lleva música en los oídos,
pero esta lejos de ser la misma,
ha bajado una calle antes de su destino.
2 vidas vividas y muchas vueltas de camino,
le tiende de nuevo su mano, su boca y su sonrisa,
su boca y su destino, su boca y todo que
por fin su hermosa boca ha dicho, su
boca y los años que ha durado este nuevo camino,
él besa sus labios, por fin lo ha comprendido.





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