Se despertó en algún momento de la madrugada, no tenía muchas ganas de pensar en nada, no había sido un día fácil, todo lo que suplicaba era poder conciliar el sueño, tenia una pequeña oración entre sus labios, saliendo apenas apretadamente por entre sus dientes.
Cerro sus ojos, duerme, pensó, ¿ó lo dijo? últimamente se había pillado dando respuesta en voz alta a sus pensamientos intrusivos.
Eso debe de ser de personas que ya están sobrepasadas por la vida, quizá como esas almas perdidas que habitaban sin hogar por muchas calles de la Ciudad.
-¡No hemos llegado hasta allí Mamita!- ahora si, en voz alta.
¿Por qué no puedo dormirme de una buena vez?
Para éste momento ya tenia sus ojos fijos en el techo pensando en las imperfecciones y arreglos que le tenía que hacer..
-Ya no quiero pensar...¿Cómo detengo mi mente?-
Y luego llegaba la tormenta de las cosas que había hecho mal en el día, no, en ésta semana misma, en el mes, en el año, en la P U T A vida, todas aquellas palabras estúpidas que debió de haber callado y que de todas maneras salían.
Nuevamente un -¡No!-
Se volteó sobre su costado abrazando a la almohada, pegó su nariz en ella para absorber profundamente el aroma de la misma, tenía ésa costumbre rara de oler la ropa, las sabanas y le relajaba el perfume que su propio cabello dejaba en la almohada.
A estas alturas ya había pasado más de una hora divagando en mil ideas que llevaba en la cabeza. Se levanto descalza, sintiendo lo helado del suelo, movió la cortina, acomodó la sábana ya revuelta en la cama, revisó el teléfono, re leyendo aquellos mensajes que ya nunca llegaban.
Vio el reflejo de su mirada en la pantalla
No somos un vacío, pero somos una oscuridad carente de esperanza, somos, un mar de complejos dolores y de recuerdos de sal, somos lo que no queríamos ser y somos...somos alguien con mucha mierda en el alma, que ésta y muchas otras noches, no podrá descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario