Ella tenía los brazos plagados de plumas,
alas que no utilizaba; lentamente,
arrancaba una a una para escribir
las honestas líneas de su fragmentado
corazón.
-Antes mi cielo era azul y claro,
un día se cayó en pedazos, como
vidrio derretido, como cascadas que
bañan sin mojar, agua que no da vida-
Y así, escribió sobre el oscuro fondo
del universo que la volvía pequeña,
se creó tinta para sus letras
con el brillo de una estrella.
Y pasó los días y los años sin encontrar
una voz a sus palabras, solo plumas regadas
que nunca le sirvieron para alguna vez
intentar volar.
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