Te siento como un secreto
que se escapa y hace eco
en otras voces.
Y esas voces nos rodean,
adormecen la conciencia,
nos claman a gritos,
desde el fondo de una hoguera.
Nos arrastran como
ángeles desnudos,
que se han perdido ciegos,
en laberintos de paraísos
oscuros, teñidos de un
rojo intenso.
En minutos de tiempos perdidos
que no han encallado en tu piel.
Así te sigo sintiendo,
como el más profundo secreto
que me recorre la piel.
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